• Saltar al contenido principal

Montserrat Simón

Asesoramiento Filosófico

  • AFS
    • ¿Qué es el AFS?
    • Consultas Individuales
    • Preguntas Frecuentes
  • Quién
  • Actividades
    • Cursos
    • Grupo de lecturas inspiradoras
    • Talleres
    • Retiros
  • Filosofía India
  • Libro
  • Recursos
    • Lecturas Recomendadas
    • Vídeos
    • Películas
    • Webs
    • Otros
  • Blog
  • Contacto

Respuestas que no están en Google

11/02/2019 by Montserrat Simón

Pregúntale a Google

Muchas personas nos hemos acostumbrado a buscar en Google cualquier duda que tenemos respecto al uso de un término, a cómo sucedió exactamente algo, dónde podemos encontrar un determinado producto, qué conocimientos nos puede ampliar acerca de un tema… Buscamos respuestas.

Si quieres saber algo, pregúntale a Google: cursos, restaurantes, obras de teatro, libros, enciclopedias, artículos divulgativos, artículos de regalo, artículos para el hogar…

Respuestas

Qué fácil es hoy en día encontrar información, por lo menos en cantidad, la calidad ya es otro tema.

¿Qué pasa cuando Google no tiene respuesta?

Sin embargo, hay preguntas para las que Google no tiene respuesta. Cuando me pregunto qué hacer en este momento de la vida, qué sentido tiene la forma en la que estoy viviendo, cómo manejar una situación, si estaré actuando de forma acertada…Me siento tentada a preguntarle a Google. Quisiera teclear lo que siento, darle al enter y que apareciese una respuesta transformadora.

Pero no hay respuestas y mucho menos respuestas transformadoras. Google no puede responder a estas preguntas, a lo sumo podemos echar una tirada de cartas del tarot online, pero tampoco esas respuestas serán la respuesta, a menos que ésta la sintamos nacer del corazón.

Y ese es el quid de la cuestión. Cuando Google no tiene respuesta, no nos queda otra que mirar hacia dentro.

Mirar hacia dentro no es cerrar los ojos

Mirar hacia dentro no significa perder de vista el mundo alrededor, ni dejar de apreciar y tener en cuenta cómo el otro nos puede hacer de espejo y darnos pistas importantes sobre nosotros mismos.

Mirar hacia dentro es la capacidad de ver al otro y verme a mí misma, con el otro, en el otro y en mí.

Ahora bien, ocurre a menudo, o al menos esa es mi experiencia, que me pierdo en el otro, me voy con el otro y con lo otro sin mantener un pie en mí misma.

Huir de una misma

Internet, entre otros grandes inventos del s.XXI, tira hacia lo externo, lo superficial. La gran cantidad de información y datos en los que podemos sumergirnos, nos sacan de nuestro centro dispersando fácilmente nuestra atención de una lugar para otro.

huir de ti misma

Si parece que nunca fue fácil mirar hacia dentro, las nuevas tecnologías todavía lo dificultan más. Por supuesto, hay que reconocer la aportación que suponen y el buen uso que se pueden hacer de ellas, pero eso no quita que su acción en nosotros tienda a llevarnos hacia fuera. Y es tan fácil huir de una misma. Incluso diría que a veces es tentador, ya que no siempre se siente una preparada para sostener aquello con lo que se puede encontrar.

Nos encanta la seguridad

Son muchos los mecanismos para huir de una mirada profunda y honesta hacia uno mismo. A lo largo de la historia las religiones, doctrinas e ideologías de distinta índole han servido a este respecto.

Tampoco entonces había respuestas y de ahí que encontrar un dogma o una ideología a la que aferrarse parece que ha sido siempre una vía fácil y aparentemente tranquilizadora. Nos encanta la sensación de seguridad, aunque esté construida sobre un precipicio y la Vida, en constante cambio y transformación, no sabe nada de seguridad.

En aras de la sensación de estabilidad, somos capaces de agarrarnos a un clavo ardiendo, buscando respuestas a las que aferrarnos y que nos den esa seguridad que tanto anhelamos.

Queremos fórmulas. Que nos aseguren que si hacemos esto y aquello obtendremos lo que deseamos y no siempre estamos dispuestos a cuestionar el sentido de lo que deseamos, ni la precariedad de las respuestas a las grandes preguntas de la vida.

De hecho, me atrevería a decir que esa es una de las causas inmediatas de la proliferación de terapias, cursos y charlas para atraer la abundancia, para ser positivos, para tomar las riendas de nuestra vida, etc. ¿No ando buscando que alguien desde fuera me de la llave? ¿Y si no hay llave? ¿Y si la llave está dentro? ¿Y si resulta que esa llave abre otras puertas que no son las que yo pensaba?

En el ojo del huracán

Pero no hay respuestas que desde fuera nos puedan proporcionar ninguna tranquilidad. Toda tranquilidad que proceda de algo que hemos asimilado desde la superficie va a ser sólo aparente.

ojo del huracán

La verdadera tranquilidad es aquella que procede de la capacidad de situarnos en el ojo del huracán. Aunque todo alrededor se transforme constantemente, hay en lo más profundo de nosotros una forma de estar que es testigo de todo lo que va y viene, el ojo del huracán inmóvil en el centro de toda la vorágine.

Lo más curioso es que desde ese lugar ya no se buscan respuestas sino que se viven esas respuestas, se es la respuesta y las preguntas siguen latiendo como horizonte de comprensión del Misterio de la Vida.

Soy

Situados en el ojo del huracán, en el centro del corazón nítido, se abraza el Misterio como tal, sin intentar responderlo, y sin embargo, y esta es la paradoja del Misterio, al abrazarlo, el Misterio se disuelve en un grito de dicha : “¡Soy!”.

Google puede satisfacer nuestra curiosidad o darnos información sobre el mundo, pero nunca nos desvelará el corazón de este mundo, su secreto, porque este secreto sólo puede des-cubrirse en el corazón.

Publicado en: Filosofía Etiquetado como: filosofia, respuestas

Copyright Montserrat Simón © 2025

Suscríbete para conocer las últimas novedades de Asesoramiento FilosóficoArtículos, cursos, libros y más
Nombre
Apellido
johnsmith@example.com